Otoño Libertario 2008

Una vez más, la CNT-AIT de Madrid, vuelve a organizar el Otoño Libertario. Este año, todos los fines de semana de los meses de octubre y noviembre de 2008 se desgranarán, poco a poco, unas jornadas libertarias muy completas. Charlas-debate que abordarán temáticas como el medio...


A la derecha tienes el programa de las jornadas. Pinchando en el título de cada actividad, la página te redirigirá a toda la información sobre cada una. Si lo que quieres saber es lo último sobre las jornadas, simplemente sigue leyendo las entradas de la bitácora.

¡Salud y anarquía!


Federación Local de Sindicatos.
CNT-AIT Madrid.

Crónica de la charla "Industria y alimentación"

La charla, impartida por Alejandro, compañero especializado en nutrición del Sindicato de Oficios Varios de Madrid, abordó un tema crucial para todos: la alimentación. ¿Qué nos venden en los supermercados? ¿Qué clase de alimentos consumimos? ¿Son sanos? ¿Qué tiene que ver el mundo empresarial en la alimentación? Fueron algunas de las preguntas que hallaron extensas respuestas en la charla.

A modo de introducción…

Desde la Revolución Industrial hasta nuestros días los alimentos han sido progresivamente convertidos en un producto económico más vinculado a la industria. Esta manera de entender la alimentación, como producto al que aplicarle los mismos criterios industriales que a cualquier otra mercancía, están teniendo consecuencias gravísimas en la alimentación y la salud de los consumidores de todo el planeta. La aplicación de la rentabilidad económica, la publicidad y la competencia en el terreno alimenticio está teniendo como efecto la producción de alimentos cada vez menos sanos (algunos podríamos calificar de venosos) y más artificiales.

Entrando ya en materia…

El ponente explicó como la industria ha ido creando unas necesidades alimentarías en la población un tanto artificiales, hasta entonces inexistentes, para abrir nuevas vías de mercado. En este sentido se han servido de un bombardeo continuo de modos y costumbres alimenticias nuevas mucho menos saludables. Para ello han usado hábilmente de la publicidad, la hostelería y el comercio. Han acostumbrado el paladar de la gente, desde temprana edad, a determinados sabores muy beneficiosos para su industria pero perjudiciales para su salud. Alimentos excesivamente salados o azucarados son un ejemplo de esto.

Los alimentos funcionales y dietéticos, cargados de edulcorantes y grasas saturadas son una gama alimenticia cada vez más amplia que tiene aditivos químicos artificiales perjudiciales para la salud (circulación, corazón…). Aditivos que muchas veces son para dar colores, sabores y olores novedosos a los alimentos y que tengan una apariencia aceptable.

La industria alimentaría, sirviéndose del marketing y con la ayuda del estado, que lejos de frenar estos hábitos insanos para la población los promueve, ha ido generando una serie de productos artificiales, que vienen a sustituir a los tradicionales, que se nos venden como casi milagrosos, cuando no lo son. Este es el caso del “Actimel”, la leche de soja, el omega3, el activía….

La Industria alimentaría, además, ha contribuido ha que aumente la desigualdad entre la población. No ya por intervenir intencionadamente en un reparto desproporcionado e injusto de los alimentos a nivel mundial, sino que ha creado diferentes cestas de la compra: de ricos y de pobres. Los alimentos más baratos, a los que sólo tiene acceso las capas más explotadas de la población suelen ser los peores, los más insanos por adulterados; otros, sin embargo, menos adulterados, son caros e inaccesibles para mucha gente. Es decir, esta potente industria, vinculada al poder, ha creado una división clasista, más que nunca, de la alimentación.
No dejó pasar por alto el ponente la extensión y proliferación en los hábitos de consumo de la comida basura: productos manufacturados, procesados, bollería industrial, salsas, carnes adulteradas, pescados de piscifactoría, refrescos, todo lo “Light”… Algunos con fuertes cargas de glutamato e infinidad de aditivos, nitritos, nitratos…muchos de ellos cancerigenos. Se dieron escalofriantes datos relacionando enfermedades con el consumo de este tipo de alimentos industriales.

Relacionado con esto se mencionó el daño que están haciendo las cadenas de comida rápida, autenticas multinacionales depredadoras, que se nutren de alimentos altamente peligrosos para el organismo humano, que acostumbran a los niños a sus sabores (muchas veces aditicvos) con el fin de engancharles para toda la vida a este tipo de comida. Negocio redondo para estas empresas: abaratamiento de costes por la baja calidad de los alimentos, por la explotación de los trabajadores y clientela fija de por vida. La publicidad, con el reclamo de famosos deportistas, es el mejor engaño para venderlo como comida sana.

También se analizaron algunos escándalos alimenticios, como el de las “vacas locas” o el de “Posilac” que tuvieron gravísimas consecuencias y no se deben a otra cosa que a la aplicación de los criterios del libre merado en la alimentación. Se señaló que de seguir así seguirán ocurriendo escándalos similares que siempre son tratados por el poder como fortuitos o casuales cuando no es así. Se recalcó el problema del agua dulce, dado que los acuíferos están siendo privatizados a escala mundial, lo que traerá consigo el mal uso del agua y su encarecimiento.
La ponencia, que se intercaló en todo momento con trozos de un documental que abordaba los temas descritos, acabó perfilando algunas alternativas para ser capaces de dotarnos de recursos y formas para alimentarnos de una manera sana al margen de este monstruo industrial que no sólo destroza el organismo humano sino la naturaleza. Se apunto, de todos modos, que sólo un proceso revolucionario global traería consigo algo realmente alternativo hacia este asunto.